“Conócete a ti mismo” dice
uno de los aforismos griegos más famosos y en esa breve frase radica todo el
secreto.
Cada ser humano tiene un
sello particular y una experiencia única por desplegar en la vida. El gran
desafío del humano es lograr conectar con ese propósito individual que lo lleve a manifestar sus potenciales y
expandir su brillo personal a la vez que se transforma y transforma a los
demás.
Para lograrlo es preciso
que quiera emprender un viaje hacia
su interior porque es allí donde
encontrará su mayor tesoro. Cada
persona tiene las respuestas a todas
sus preguntas y cuando decide tomar las riendas de su vida y dejar de responsabilizar a todo lo
externo por lo que le sucede o deja de suceder, su vida empieza a adquirir una
fluidez y un espacio para que nuevas oportunidades y versiones se hagan
presentes. Esto se debe a que la persona comienza a disipar el miedo observando
y observándose desde otra perspectiva más liviana y real, poniendo luz en aspectos
de determinadas áreas personales negados, rechazados o temidos quitándoles la carga y los fantasmas.
El ser humano siempre ha
actuado condicionado por el miedo: a morir, a quedarse solo, a no
ser aceptado o amado, a no ser lo suficientemente apto, inteligente, fuerte,
etc. Por lo tanto, desde esta plataforma del miedo ha armado estructuras
personales rígidas y ha construido una vida que muchas veces nada tienen que
ver con su propósito genuino y con lo que realmente lo hace feliz. Es de destacar que estos condicionamientos son
inconscientes y fueron articulados en el pasado en otro momento evolutivo del
planeta y que ya no aplican en el presente. Por ello, es fundamental tomar conciencia de que
ahora estamos en otra etapa en la que los viejos patrones quedaron totalmente obsoletos.
En la etapa actual, la premisa está relacionada con la integración y la libertad.
Desde el enfoque astrológico a través de la
carta o mapa natal, cada persona nace en un día, lugar y hora específicos o sea
en coordenadas puntuales, que van a generar
un diseño particular con un despliegue de experiencias personales que contienen todas las respuestas y aprendizajes que esa persona necesita vivenciar
para conocerse a sí misma y autorrealizarse. Y cuando ese ser humano aprende a
ver este diseño y sus experiencias con otra
perspectiva y comprende que cada situación, vivencia o personas en su vida
están allí sólo para ir mostrándole los aspectos de sí mismo que requieren ser
integrados en su experiencia concreta, la vida
en lugar de supervivencia tomará otro sentido y se transformará en una súper vivencia donde la libertad de
movimiento y la autorreferencia serán la
brújula que lo guíe.