martes, 10 de enero de 2017

Conócete a tí mismo


“Conócete a ti mismo” dice uno de los aforismos griegos más famosos y en esa breve frase radica todo el secreto.

Cada ser humano tiene un sello particular y una experiencia única por desplegar en la vida. El gran desafío del humano es lograr conectar con ese propósito individual que lo lleve a manifestar sus potenciales y expandir su brillo personal a la vez que se transforma y transforma a los demás.

Para lograrlo es preciso que quiera emprender un viaje hacia su interior porque es allí donde encontrará su mayor tesoro. Cada persona tiene las respuestas a todas sus preguntas y cuando decide tomar las riendas de su vida y dejar de responsabilizar a todo lo externo por lo que le sucede o deja de suceder, su vida empieza a adquirir una fluidez y un espacio para que nuevas oportunidades y versiones se hagan presentes. Esto se debe a que la persona comienza a disipar el miedo observando y observándose desde otra perspectiva más liviana y real, poniendo luz en aspectos de determinadas áreas personales negados, rechazados o temidos quitándoles la carga y los fantasmas.

El ser humano siempre ha actuado condicionado por el miedo: a morir, a quedarse solo, a no ser aceptado o amado, a no ser lo suficientemente apto, inteligente, fuerte, etc. Por lo tanto, desde esta plataforma del miedo ha armado estructuras personales rígidas y ha construido una vida que muchas veces nada tienen que ver con su propósito genuino y con lo que realmente lo hace feliz.  Es de destacar que estos condicionamientos son inconscientes y fueron articulados en el pasado en otro momento evolutivo del planeta y que ya no aplican en el presente. Por  ello, es fundamental tomar conciencia de que ahora estamos en otra etapa en la que los viejos patrones quedaron totalmente obsoletos.
En la etapa actual,  la premisa está relacionada con la integración y la libertad.
 
Desde el enfoque astrológico a través de la carta o mapa natal, cada persona nace en un día, lugar y hora específicos o sea en coordenadas puntuales, que van a generar un diseño particular con un despliegue de experiencias personales que contienen todas las respuestas y aprendizajes que esa persona necesita vivenciar para conocerse a sí misma y autorrealizarse. Y cuando ese ser humano aprende a ver este diseño y sus experiencias con otra perspectiva y comprende que cada situación, vivencia o personas en su vida están allí sólo para ir mostrándole los aspectos de sí mismo que requieren ser integrados en su experiencia concreta, la vida en lugar de supervivencia tomará otro sentido y se transformará en una súper vivencia donde la libertad de movimiento y la  autorreferencia serán la brújula que lo guíe.   



 

 

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