• Comprender la vida desde una perspectiva diferente, más amplia y profunda para poder integrar las características y cualidades personales excluidas de la conciencia, ya sea por temor, desconcierto o condicionamientos y que inevitablemente por destino se manifiestan a través de vínculos o situaciones aparentemente externas.
• Conocer las energías con las que cuenta una persona y que desplegará en las distintas áreas de su vida (individual, laboral, vincular, económica, profesional, familiar, etc.).
• Comprender el origen y el motivo de las situaciones que ha experimentado en su vida y encontrar la forma más sana y creativa para superar las dificultades.
Un estudio astrológico también se puede entender como un mapa de la condición kármica del alma, como una representación simbólica de nuestras acciones pasadas que conforman la base de la existencia física y psíquica presente. Un análisis de los emplazamientos planetarios revela los puntos fuertes y débiles en la encarnación actual y ayuda a ver las áreas en que la persona obtendrá beneficios sin mayores esfuerzos así como los aspectos kármicos más tensos que representan su aprendizaje en la vida actual. No obstante, siempre se debe recordar que los planetas sugieren pero no determinan. El libre albedrío y la actitud de cada persona así como el grado de compromiso que esté dispuesta a asumir son los factores que impulsarán los cambios.
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